Cuando creé este blog mi primera seguidora (y unica de momento) fue mi prima Pepi, a la que le encantó mi artículo y lo tachó de orgullo para los Gilabert. Espero que me perdone por lo que aquí voy a escribir y compartir, porque si de alguien se está orgulloso en esta familia, por ser una auténtica mamá coraje, es justamente de ti, prima. Para los que no la conozcan mi prima no ha tenido una vida nada fácil, son cuatro hermanos y sus padres se divorciaron cuando aún no eran ni hombres ni mujeres, pero por suerte siempre estuvieron muy unidos. Se quedó embarazada demasiado joven, y nació Ismael, tan moreno, de ojos negros y tan guapo.El padre de Ismael se separó de ella y, verdaderamente, apenas crió al niño. Lo hizo ella, apoyada en su madre y en su familia. Conoció a Raúl, su marido, una de las mejores personas que conozco con diferencia, enamorado de ella y de su hijo. Ella trabajaba para sacar a su hijo adelante, incluso se planteó venirse a vivir a Sevilla, porque "quería un futuro mejor para Ismael" y creía que aquí lo encontraría ¿te acuerdas de eso prima?. Pero cuando Ismael contaba con cinco años, un fatal accidente en una piscina, un fin de semana que estaba con su padre biológico, lo dejó en coma irreversible, lo que todos conocemos como "estado vegetal", respiraba por si mismo, pero jamás despertaría. ¡Cuánto dolor debe sentir una madre al ver así a su hijo! ¡Cuanta impotencia! Me duele el alma tan solo de pensarlo. Nosotros acudimos enseguida a verlos, y se te partía el alma de verla destrozada, de ver destrozada a una familia y la vida de una criatura de cinco años que apenas empezabaa vivir, todo por un descuido. El dia que fuimos a ver a Ismael, recuerdo ver alli a su padre biológico, fue la ultima vez que fue a ver a su hijo, ya no volvió.
Ella luchó por su hijo en los años siguientes, y no fueron nada fáciles. ¿Imaginais como debió ser? Todo cuidado era poco, una cama especial, cada dos por tres en el hospital por complicaciones respiratorias, estomacales, ulceras, huesos que al crecer se salían de su sitio...
Contaba con mi querida tía Pepa, su madre, que ayudaba en todo, Raúl se desvivía por atender a Ismael, porque por mucho que digan que las personas en ese estado ni sienten ni padecen, ¿quién puede asegurarlo? Ellos siguieron dándole cariño y amor hasta el final. Nació Alvaro, todo rubio y de ojos azules, precioso, ¡cuanto quería a su hermano!
El 3 de julio de 2006 fue fatídico para ella y sus hermanos, porque aunque nos tocó a todos los que conocíamos a mi tía, ellos perdieron a su madre. Fue en el accidente del metro de Valencia, jamás olvidaré ese día, y jamás olvidaré el dolor reflejado en sus rostros, la impotencia, la incertidumbre hasta que te confirman lo peor, pero el dolor, el dolor no se puede expresar. Cuando se pierde a una madre así, de esa manera, es para volverse loco, sobre todo teniendo en cuenta lo que ya arrastraba.
Ella se hundió, ¿quién no se hundiría? pasaron los meses cuidando a Ismael que estaba peor cada día, sin su madre, intentando superar tan traumático suceso, tan duro golpe en su vida, cuando poco después de cumplirse un año de su muerte, su querido Ismael se marchó definitivamente de su lado, con quince años, sin haber vivido.
Prima, dices que soy vuestro orgullo, pero no he hecho nada para merecerlo, sin embargo tu sigues adelante, has pasado por la pérdida de un hijo, de una madre, casi pierdes por el camino a tu familia, tu propia cordura y tu vida, y sigues levantándote de las cenizas. Tú eres y debes ser un ejemplo para las personas, para madres y padres que se identifican contigo, tú eres el verdadero orgullo de la familia Gilabert.
Sigue luchando, que aun en la distacia seguimos estando contigo, con vosotros, queriéndoos como siempre.
Rocío Corona.
No hay comentarios:
Publicar un comentario